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Innovación en Bitcoin: Dónde estamos y a dónde vamos

Por: Bernardo Magnani (CSO y cofundador, Lastbit) y Rodrigo Carrion (Jefe de Inteligencia de Negocio, Lastbit)

Conferencia CAI – Criptomonedas, la revolución ha comenzado.

El pasado 13 de julio de 2021, organizada por el CAI, tuvo lugar la conferencia «Criptomonedas: La revolución ha comenzado», la ponencia, estuvo a cargo de Bernardo Manglaini, emprendedor de Silicon Valley, Cofundador de Lastbit. Experto en Servicios financieros, pagos y Bitcoin.

Bitcoin: ¿Qué es, y por qué importa?

La definición de Bitcoin no es estática. Es más, podrían encontrarse cientos de definiciones diferentes. Me aventuraré a usar una definición propia: “Bitcoin es un protocolo de comunicación que, usando criptografía y teoría de juegos, crea un sistema que no requiere ni de confianza ni de intermediarios”. 

En todo caso, Bitcoin permite filosofar mucho, pero para aterrizar la idea conviene dar la definición técnica: “Bitcoin es la primera forma de dinero digital descentralizado que resuelve el problema del doble gasto”.

Las principales familias de criptomonedas son seis:

  • Primero están las convencionales, enfocadas en transacciones. Estas incluyen a monedas como Litecoin (LTC), Bitcoin Cash (BCH), y la recientemente viral Dogecoin (DOGE). 
  • Segundo, están los Tokens, como TRON (TRX) y Binance Coin (BNB). Tipicamente, estos activos tienen el propósito de ser un medio de pago dentro de una plataforma específica (e.g., Binance utiliza su Token para recibir pagos de comisiones por los servicios que ofrece a través de su casa de cambio). 
  • Tercero, están las criptomonedas diseñadas para crear contratos inteligentes. La más prominente es Ethereum (ETH). Estos contratos se caracterizan por auto-ejecutarse y tener condiciones escritas como líneas de código.
  • Cuarto, están aquellas criptomonedas enfocadas en la seguridad. Monero (XMR) es de las más conocidas, aunque también están Z-Cash y Dash. Dado su fuerte foco en privacidad, estas monedas se han hecho muy populares en la darkweb y han enfrentado muchas dificultades regulatorias. Sin embargo, sus usos también pueden ser legítimos.
  • Quinto, están las redes de liquidación. Tether (USDT) y Ripple (XRP) son las más famosas. XRP, por ejemplo, actúa como mecanismo intermediario entre otras dos monedas para permitir un estilo de liquidación intermedia temporal.

Las criptomonedas evidentemente permiten interesantes formas de concretar pagos. De hecho, Ripple y Tether ya se usan con efectividad para concretar transacciones internacionales. Aún así, están lejos de ser perfectas. Por ejemplo, Ripple ha sufrido extensos problemas regulatorios y de liquidez, y Diem (antes Libra) de Facebook fue encarada con un rechazo masivo por parte de entes regulatorios. La regulación podría solucionarse con criptomonedas emitidas por bancos centrales, pero eso lleva a nuevos problemas: amenaza a la libertad política, inestabilidad política y complejidad en la conexión entre distintas monedas.

Bitcoin, con todo su potencial, evita los problemas de muchas otras criptomonedas, pero tiene imperfecciones propias. Por sí misma, es muy limitada en términos de escalabilidad y transaccionalidad. Para ponerlo en contexto, mientras Visa puede procesar 24,000 transacciones por segundo, Bitcoin oscila alrededor de 7.

Afortunadamente, la tecnología sobre la que se construye Bitcoin no es tan estática como comúnmente se piensa. El diseño original de su estructura no es final, de hecho esta cambia con el tiempo y entorno, si bien lentamente. Al cambio en el código de la plataforma de una criptomoneda se le conoce como fork, e implica que existirán tanto una versión antigua como una nueva del código. Si la versión antigua y la nueva se mantienen válidas y operan en paralelo, se trata de un hard fork (e.g., Bitcoin vs Bitcoin Cash o Ethereum vs Ethereum Classic). Si la versión antigua pierde validez (o es compatible con la versión nueva), se le denomina soft fork. 

Ahora, para mejorar una criptomoneda no necesariamente tiene que cambiarse el código base. También se le puede agregar una capa con funciones mejoradas. Ese es el caso del Lightning Network. Se trata de un protocolo que actúa como segunda capa sobre las reglas originales de Bitcoin, y funciona bajo la lógica de abrir canales de pago entre individuos para crear una red interconectada. Mediante estos canales, puede concretar múltiples pagos sin esperar a que se consolide el siguiente “bloque” del blockchain. Así, soluciona el problema de escalabilidad y transaccionalidad de Bitcoin, y facilita pagos instantáneos y sustancialmente más baratos.

Solucionar deficiencias tecnológicas es un gran paso, pero aún se critica mucho la volatilidad e incertidumbre asociadas a las criptomonedas. ¿Por qué las olas de adopción y subsecuentes caídas son tan explosivas? ¿Es esto merecedor de seria preocupación? Pues no, en realidad la adopción de una tecnología tiende a pasar por un proceso de innovación, seguido por inflación sobredimensionada de expectativa. Inevitablemente, esto llevará a una caída estrepitosa, y solo cuando se calmen los miedos, el pensamiento racional primará, las personas ajustarán sus expectativas, y la incertidumbre y volatilidad se estabilizarán para que la tecnología finalmente se vuelva productiva. Hoy, la tecnología sobre la que está construido Bitcoin ha superado las expectativas infladas, y si bien se encuentra en una etapa de desilusión, cada vez se acerca más al entendimiento y adopción colectivos.

Este proceso puede verse con cada vez más facilidad en el hecho de que compañías financieras convencionales, mercados, y otras infraestructuras, ya se están empezando a vincular con criptomonedas y las compañías que impulsaron las primeras olas de innovación. Fondos de inversión tradicionales están financiando proyectos de criptomonedas (e.g., Lastbit ha sido financiada en parte por varios inversionistas tradicionales en Silicon Valley como YCombinator), empresas crypto están apareciendo en Wall Street (Coinbase, pública desde abril, tiene ya una valuación comparable a Facebook), exchanges se están convirtiendo en bancos, y redes de pagos como Visa comienzan a mostrar interés genuino e intención de integrarse con el entorno.

Personalmente, considero que esta integración de la tecnología nueva con infraestructuras viejas es un indicador de que la aceptación de las criptomonedas va al alza, tanto a nivel poblacional como institucional. 

Un mercado naciente lleno de emprendimientos prometedores

Lo que alguna vez fue un espacio exclusivo para personas altamente tecnológicas e involucradas en el mundo de la computación, se está volviendo cada vez más atractivo para emprendedores con antecedentes financieros y empresariales, entre otros. Los casos de uso y potencial de esta tecnología emergente se están volviendo evidentes. 

De hecho, mi situación personal va por esas líneas. Habiéndome dedicado a la consultoría enfocada en banca y finanzas, y con un conocimiento comparativamente superficial de las criptomonedas, conocí a Prashanth Balasubramanian (fundador de Lastbit) y me enamoré de la idea de llevar la banca a todo rincón del mundo. Bitcoin, apalancado de mejoras como el Lightning Network, tiene el potencial de finalmente bancarizar los lugares más remotos del planeta, mientras crea eficiencias sustanciales en la banca tradicional. 

Así, me volví co-fundador de Lastbit, donde estamos construyendo una red global de pagos que permita transaccionar de forma barata e instantánea. Por el momento, estamos probando con éxito el concepto en Europa, mediante las aplicaciones Lastbit Lite (un crypto wallet integrado al Lightning Network y a cuentas bancarias en euros) y Lastbit Cards (una tarjeta de débito que permite pagar con bitcoin en cualquier tienda, virtual o física). 

Menciono esto para poner en evidencia cómo el Lightning Network permite usar Bitcoin sinérgicamente con los sistemas financieros europeos tradicionales. Gracias a su velocidad transaccional, es posible partir de una cuenta IBAN denominada en euros, comprar Bitcoin instantáneamente, y cuando sea necesario, transferirlo en segundos a una tarjeta de débito, donde se convertirá de vuelta a euros en el instante previo a realizar una compra. Así, se crea un nexo directo y eficiente entre bancos, individuos y tiendas, integrando al sistema financiero convencional usando Bitcoin.

Mi experiencia con Lastbit es una breve vista a un entorno financiero y tecnológico que está ganando cada vez más prominencia, y que tiene una misión: resolver los problemas de pagos del mundo usando la tecnología de las criptomonedas.

Bernardo Magnani 

Bernardo Magnani es cofundador y responsible de estrategia en Lastbit. Bernardo cuenta con cerca de 7 años de experiencia trabajando en la industria de pagos y servicios financieros. Antes de unirse a Lastbit, Bernardo fué consultor en la prestigiosa firma americana McKinsey & Company. 

-Bernardo cuenta con un título de economía con especialización en política pública del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), institución de la cual se graduó con honores. 

-Adicionalmente, Bernardo cuenta con un (MBA) de la Haas School of Business, escuela de negocios de la Universidad de California en Berkeley.

Lastbit es una startup financiada por la aceleradora punta de lanza de Silicon Valley, Y Combinator, quien participó en los primeros pasos de empresas como Airbnb,

Lastbit está enfocada en desarrollar soluciones de pagos como opción a la infraestructura bancaria tradicional y con tecnología emergente del mundo de las criptomonedas (en particular Bitcoin y su Lightning Network). 

La misión de Lastbit es construir una plataforma de pagos global para facilitar pagos internacionales más rápidos y más baratos.

Están buscando distribuidor en España.